El burdel okupa de Paseo de las Delicias en Madrid
Madrid es una ciudad enorme que acoge a millones de personas, con sus idas y venidas, con todo lo que tiene ser una gran capital europea. El espíritu castizo que todavía pervive en muchos barrios de la capital contrasta con esa modernidad que encontramos en tiendas, restaurantes y hoteles, que parecen sacados de Nueva York o de Londres. Madrid se ha convertido en un lugar de sueños para muchos, pero también de pesadillas para otros tantos. Es el sitio donde encuentras trabajo, ya que hay mucho empleo en la capital… pero también poco lugar para vivir. De hecho, la gentrificación está ahondando en un problema que Madrid ya traía de antes, el de la falta de vivienda. Hoy por hoy, con los precios del alquiler por las nubes y con la demanda muy por encima de la oferta, encontrar un buen arrendamiento en Madrid es una verdadera odisea.
De ahí que no sea extraño comprobar cómo los datos de okupación siguen aumentando año tras año. Y no estamos hablando solo de “comunas” que deciden hacerse con un edificio para poder desarrollar allí sus actividades, sino también de familias que, ante la imposibilidad de poder encontrar un sitio para vivir, tiran de esta última alternativa. No es lo más deseable para ellos, pero no les queda otra viendo lo que hay en la ciudad. Como es habitual, los edificios okupados suelen provocar roces entre los vecinos del barrio, aunque en muchos casos incluso son los propios vecinos los que defienden a los allí instalados. Cuando son familias que no pueden pagar una renta, cuando han sido expulsados de todos los demás lugares, ¿dónde les queda vivir en dignidad? El problema de la vivienda, común en toda España, se hace mucho más patente en la capital madrileña, por haber llegado ya a un extremo preocupante. Valga el caso del edificio de la calle Delicias, en el muy castizo barrio de Legazpi, para entender parte del problema. Allí, en un edificio enorme con muchos pisos, se ha instalado un burdel clandestino desde hace años, que parece seguir en funcionamiento a pesar de los intentos del propietario del edificio por sacar a las prostitutas y recuperar el control de su inmueble.