El burdel okupa de Paseo de las Delicias en Madrid

Madrid es una ciudad enorme que acoge a millones de personas, con sus idas y venidas, con todo lo que tiene ser una gran capital europea. El espíritu castizo que todavía pervive en muchos barrios de la capital contrasta con esa modernidad que encontramos en tiendas, restaurantes y hoteles, que parecen sacados de Nueva York o de Londres. Madrid se ha convertido en un lugar de sueños para muchos, pero también de pesadillas para otros tantos. Es el sitio donde encuentras trabajo, ya que hay mucho empleo en la capital… pero también poco lugar para vivir. De hecho, la gentrificación está ahondando en un problema que Madrid ya traía de antes, el de la falta de vivienda. Hoy por hoy, con los precios del alquiler por las nubes y con la demanda muy por encima de la oferta, encontrar un buen arrendamiento en Madrid es una verdadera odisea.

De ahí que no sea extraño comprobar cómo los datos de okupación siguen aumentando año tras año. Y no estamos hablando solo de “comunas” que deciden hacerse con un edificio para poder desarrollar allí sus actividades, sino también de familias que, ante la imposibilidad de poder encontrar un sitio para vivir, tiran de esta última alternativa. No es lo más deseable para ellos, pero no les queda otra viendo lo que hay en la ciudad. Como es habitual, los edificios okupados suelen provocar roces entre los vecinos del barrio, aunque en muchos casos incluso son los propios vecinos los que defienden a los allí instalados. Cuando son familias que no pueden pagar una renta, cuando han sido expulsados de todos los demás lugares, ¿dónde les queda vivir en dignidad? El problema de la vivienda, común en toda España, se hace mucho más patente en la capital madrileña, por haber llegado ya a un extremo preocupante. Valga el caso del edificio de la calle Delicias, en el muy castizo barrio de Legazpi, para entender parte del problema. Allí, en un edificio enorme con muchos pisos, se ha instalado un burdel clandestino desde hace años, que parece seguir en funcionamiento a pesar de los intentos del propietario del edificio por sacar a las prostitutas y recuperar el control de su inmueble.

Trabajar en el sexo desde casa

En los últimos tiempos, el trabajo en remoto se ha vuelto una realidad incontestable. La pandemia del Covid 19 y el confinamiento que se vivió en su momento en todo el planeta impulsaron el trabajo desde casa, gracias a Internet. Lo que hasta ahora era un lujo para algunos profesionales digitales y freelance se ha convertido en la norma en muchos empleos. Claro que siempre habrá puestos que deban cubrirse en persona, desde repartidores a reponedores, cajeros, vendedores, camareros… Pero las personas que han venido trabajando en oficina, con los ordenadores como el medio principal para llevar a cabo su oficio, han podido disfrutar de esta nueva era de trabajo en casa. Los informes sobre esta nueva realidad son cada vez más prometedores, y es que la productividad no solo no ha bajado, sino que en la mayoría de los casos ha subido muy por encima de lo esperado. La gente suele trabajar más feliz en casa porque eso les permite conciliar mucho mejor su vida privada y personal con la del trabajo. Evitarse atascos, madrugones, gastos en gasolina y aparcamiento, son solo algunas de las ventajas deltrabajo en casa.

Las empresas ya están ofreciendo este plus en muchas de sus ofertas de trabajo, aunque también advierten de que la oficina no es solo un lugar laboral, sino también social. Hay personas que prefieren acudir a su puesto para estar con sus compañeros, para no caer en la rutina de estar siempre en casa… Sea como fuere, todo apunta a que en esta década vamos a vivir una gran transición hacia el trabajo en remoto, gracias a las nuevas tecnologías y a las nuevas herramientas. Internet ha cambiado por completo la forma en la que trabajamos, en la que vendemos, en la que nos conectamos. Esto ha permitido también que muchos negocios tradicionales hayan encontrado nuevas vías para expandirse, desde las ventas online hasta la oferta de servicios digitales. La industria sexual es uno de los sectores que mejor ha sabido aprovechar toda esta nueva revolución digital, y hoy por hoy son muchos, y sobre todo muchas, las que se ganan la vida con elsexo sin salir de casa.