La okupación es, para muchos, uno de los mayores problemas que existen en nuestro país. El encontrar que de la noche a la mañana una familia o unos individuos han entrado en nuestra vivienda y la han hecho suya, impidiéndonos acceder a ella, es uno de los temores más grandes de aquellos que suelen tener más de una vivienda en posesión, ya que las okupaciones raras veces se realizan en una vivienda principal donde ya haya gente habitando. Los okupas aseguran que no querrían llegar a este punto, pero es la única forma de acceder a una viviendo, un derecho recogido en la Constitución, que sin embargo, está en manos de un mercado que cada vez pone más altos los alquileres, y sube el precio de compra de las casas, buscando solo el beneficio y el lucro con un bien que debería ser de primera necesidad. La polémica no solo está en el propio debate social, sino que también se ha trasladado a la política.
En nuestro país hay partidos que se muestran enérgicamente en contra de la okupación, sin paliativos, mientras otros entes políticos entienden que es una consecuencia de un problema mayor, la falta de acceso a la vivienda, y suelen ser más laxos a la hora de condenarla. De hecho, el Gobierno actual, formado por PSOE y Unidas Podemos, ha creado algunas leyes que parecen “proteger” a los okupas, dándoles más cobertura legal, lo que ha enfurecido a sus rivales políticos, aprovechando estas leyes para criticar la poca mano dura que hay en nuestro país con este tipo de okupaciones. Es un problema que suele ser complicado de resolver, ya que en ocasiones no se trata solo del delito de okupación, sino de los problemas que esos okupas generan en el bloque, en el barrio o el vecindario, lo que provoca que los vecinos se cansen de ellos y traten de echarlos, acudiendo a las fuerzas del orden. Pero, ¿qué se puede hacer con los okupas con la ley en la mano?
La ley sobre los okupas
Actualmente existen diversas leyes que tienen que ver con el hecho de okupar una casa y las consecuencias que acarrearía esto. Por encima de todo, se considera que la okupación de una vivienda, ya sea o no habitada, supone un delito de usurpación, que suele estar relacionado también con la forma en la que ha tenido lugar la okupación, normalmente con la necesidad de romper alguna puerta o ventana para poder acceder a la vivienda. La okupación es, por tanto, un delito en nuestro país, pero hay muchas excepciones y varios vacíos de los que los okupas pueden aprovecharse. Y es que no solo son okupas aquellos que entran en una casa que no es suya, sino legalmente, también aquellos arrendatarios que no han podido pagar su alquiler durante unos meses, y se ven abocados a marcharse de esa vivienda.
Desde el pasado 2020, el Gobierno de España dictaminó que, debido a la situación excepcional que se vive en nuestro país a causa de la pandemia de Covid-19, los desahucios de personas vulnerables quedaban totalmente prohibidos, al menos mientras durase el Estado de Alarma. Esto significa que no se podrían llevar a cabo desahucios de familias o personas que demostrasen que no tenían posibilidad de pagar un alquiler o acceder a una vivienda. De la misma forma, en los últimos meses el gobierno también ha cambiado sutilmente la ley para incluir en esa prohibición a los okupas que hayan accedido a la vivienda sin violencia, es decir, sin intimidar o atacar a las personas que la poseen, siempre entendiendo que las viviendas pertenezcan a un gran tenedor, un ente jurídico con más de diez viviendas en propiedad.
Derechos de los Okupas
Con la ley actual, los okupas parecen estar mucho más protegidos frente a los desahucios, aunque todo parece muy puntual. La consideración de la okupación como delito sigue estando vigente, y el problema no viene solo a la hora de entrar en una casa, sino de mantenerla, de tener un buen ambiente con el resto de propietarios cercanos… Es aquí donde suelen venir los problemas, ya que muchos okupas no tienen esa predisposición, como tampoco la tienen los propios vecinos a aceptarlos. Una vez que se okupa una casa, los tenedores, es decir, los dueños de la misma, pueden denunciar la okupación, y en la mayoría de casos, las fuerzas del orden se personarán en el lugar para conocer cuál es la situación.
Los okupas tendrán que justificar entonces el por qué han entrado en esa vivienda sin poseerla ni tener ningún acuerdo con su dueño. Lo han hecho a la fuerza, sin su consentimiento, aunque no hayan usado la violencia. Sin embargo, tendrán cinco días hábiles para poder presentar escritos en los que demuestren su vulnerabilidad y su falta de recursos para acceder a un alquiler en unas condiciones mínimas. La situación puede volverse mucho más favorable a los okupas cuando tienen niños pequeños o personas mayores a su cargo, lo que les permitirá mantenerse en la vivienda más tiempo, aunque lo habitual es que tarde o temprano, con la denuncia de por media, sean expulsados de la vivienda.
Qué hacer frente a los okupas
Si unos okupas han entrado en tu primera vivienda y se niegan a salir de ella, amenazando con utilizar la violencia, lo primero que debes hacer es ponerte en contacto con la Policía para poner una denuncia por vía penal y civil, comenzando así el proceso que hemos detallado anteriormente. Debes hacerlo sin esperar demasiado, y dejando todo en manos de la justicia. Si la usurpación es en una segunda vivienda, una residencia de vacaciones por ejemplo, la situación se puede volver algo más compleja, al no ser tu vivienda habitual. Otra alternativa, más rápida y expeditiva, es acudir a alguna de las empresas especializadas en desokupaciones, algo que puede ser más rápido pero también más peligroso, ya que estas empresas trabajan muchas veces al borde de la ley.
Desahucio de okupas
La situación de que okupen tu casa no es plato de buen gusto para nadie, pero debemos mantener la cabeza fría para saber qué hacer, respaldados con la ley, de la manera más correcta posible. Es cierto que por vía civil, el desahucio de okupas puede tardar semanas e incluso meses, sobre todo si es en una segunda vivienda, o si los okupas presentan una situación de vulnerabilidad. Sin embargo, en la gran mayoría de casos, la desokupación se lleva a cabo antes o después, y el tenedor puede recuperar el uso de su vivienda, pudiendo además pedir una contraprestación por daños y perjuicios. Si la actitud de los okupas es violenta con los demás vecinos, la situación se puede agravar mucho más.